Cuando en Fuego Yámana trabajamos sobre la estrategia de marca gráfica, uno de los puntos que analizamos es la tipología de marca que resulta ideal para la organización, tomando en cuenta el perfil de la marca, sus necesidades de comunicación y el contexto competitivo en que opera. De esta manera, definimos al comienzo del proceso de diseño si crearemos un símbolo, un logotipo, un logotipo con contenedor o con complemento. En esta nota nos enfocaremos específicamente en las tipologías de símbolo existentes y cuándo resulta recomendable utilizar un símbolo marcario.
Tipos de símbolo marcario
El símbolo es un signo no verbal que se suma al logotipo y que, en determinados casos, puede relevarlo como representación visual que identifica a la empresa. Consiste solo en la representación gráfica de la marca, sin incluir ningún tipo de expresiones, palabras o frases.
Los símbolo generalmente se clasifican en tres tipologías de acuerdo a su morfología:
Símbolo icónico
Cuando hablamos de un símbolo icónico o figurativo, nos referimos a una forma o imagen que representa algún elemento de la realidad y que al verse, es identificado como ello. Ejemplos de esto podrían ser el cocodrilo de Lacoste, la manzana de Apple o la caracola de Shell. También los logos creados por la agencia para Indiecita y Bee Web hosting, donde claramente se interpreta un objeto.
Símbolo abstracto
Del otro lado del espectro nos encontramos con imágenes o elementos que no pueden ser identificados con elementos de la realidad, son formas que se reconocen, pero que no responden a un objeto externo determinado, por eso se denominan abstractos. Son ejemplos de esta tipología las 3 bandas de adidas o los dos círculos de Master Card, como así también los rombos de Alhambra Advisors, la heráldica de Advancio o el triángulo de Rocasur.
Signo tipográfico
Por último nos encontramos con el tercer tipo de símbolo que es el tipográfico. En este caso no nos referimos al logotipo (parte textual del logo), sino a un símbolo formado a partir de letras del nombre y que pueden ser la inicial, abreviación o siglas.
Dentro de esta tipología podemos mencionar al símbolo compuesto por las letras YLS de Yves Saint Laurent, la B de Boostrap, la H de Handing o la G de Grupolar, entre otros.
Mixto
También podemos encontrar situaciones en que los símbolos creados resultan una mezcla de diferentes tipologías. Esto puede darse cuando se combinan letras con imágenes, o cuando la forma puede ser interpretada como abstracta, pero a la vez hay una similitud bastante cercana con un objeto o concepto reconocible.
En el caso de Ascensores Ultra, por ejemplo, a primera vista podría decirse que es un símbolo abstracto porque no identifica literalmente a una cosa concreta. Sin embargo, las formas rojas podrían ser codificadas como las iniciales UA, a la vez que se identifican unas flechas de subida y bajada, dentro de una figura que puede tener una interpretación ambigua.
A su vez, el símbolo de Agrosistemas puede asemejarse a eslabones de una cadena o a las iniciales AS de la marca.
Cuando el símbolo se convierte en la marca
Hay casos, como el de Nike por ejemplo, en que con el correr de los años el símbolo ha ido tomando tanta preponderancia como signo identificador, que se termina desprendiendo completamente de la parte tipográfica de un logo y logra que la marca sea identificada simplemente con el uso de su símbolo.
Esta marca deportiva, ha llegado al punto de prescindir de su nombre en la fachada de sus locales y marquesinas, así como en muchos de sus packaging y productos, sin por ello dejar de ser reconocida por el público.
Utilizar un logotipo con símbolo
Recordemos que la marca gráfica tiene por objetivo distinguir a la empresa detrás de los productos o servicios que representa, por lo que su principal función es la de actuar como un signo identificador.
El primer punto a considerar para definir si la tipología de marca gráfica debe incorporar un símbolo, es entender cómo se proyecta a largo plazo. En el caso de empresas con potencial de convertirse en marcas de gran exposición (como puede ser una franquicia), es fundamental tener en consideración lo que llamamos “economía de recursos”. Con esto nos referimos a la simpleza y rapidez con la que debe ser identificada, para lo que el uso de un símbolo resulta óptimo. Pensemos en el reconocimiento de la sirena de Starbucks o la M de Mcdonald’s en diferentes tamaños y soportes, a la distancia o para anunciar en la carretera que el próximo local está a 2km de distancia.
Por otro lado, al comprender las situaciones de comunicación a las que se enfrenta la empresa, puede detectarse una necesidad de contar con un elemento de apoyo visual que de más versatilidad de aplicación a la marca, y que para ello resulte beneficioso contar con un logotipo con símbolo. También puede suceder que se requiera de algún elemento representativo de la marca, que sirva para identificarla en ubicaciones clave y de pequeña escala, como podría ser el ícono de una app o el avío de una prenda.
En conclusión, se opta por incorporar un símbolo como parte del logo cuando desde el perfil de la marca, sus necesidades de comunicación o el contexto se identifica como beneficioso. Esto suele suceder en marcas que tengan gran proyección de exposición, en nombres muy largos que demanden una forma sintética de identificarse, en casos donde el símbolo represente un elemento clave de diferenciación visual, o cuando dentro de las aplicaciones principales de la marca se detectan espacios pequeños, donde la marca debe destacarse con pocos elementos.
Betiana del Río
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